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A pesar de ser una causa muy frecuente de infertilidad, la anovulación crónica suele tenerse poco en cuenta a la hora de tratar problemas en la búsqueda de embarazo. En primer lugar, porque existe un profundo desconocimiento del ciclo menstrual, de sus distintas fases y de los cambios por los que atraviesa la mujer a lo largo del mes. En segundo lugar, porque a la mínima que existe un problema de fertilidad se deriva a tratamientos de reproducción asistida. No obstante, hay mucho que hacer con carácter previo, como la fertilidad funcional y el conocimiento del cuerpo y sus distintas manifestaciones.

Causas de anovulación

Al menos un 25% de los casos de esterilidad son fruto de problemas en la ovulación. Por ello, será fundamental el diagnóstico, y posterior tratamiento, de la causa esencial en el proceso de búsqueda y consecución del embarazo. Detrás de una persona que sufre ciclos anovulatorios, o ausencia de ciclo menstrual, hay distintas condiciones fisiopatológicas. Es importante establecer un buen diagnóstico de la paciente para poder poner el tratamiento adecuado y revertir lo que causa:
  • Amenorrea hipotalámica funcional (ausencia de menstruación)
  • Síndrome de ovario poliquístico
  • Alteraciones tiroideas (hiper o hipotiroidismo)
  • Hiperprolactinemias
Se ha llegado a afirmar que la única evidencia cierta de que existe ovulación es el embarazo. Esto significa que, aunque contemos con suficientes datos clínicos como analíticas o ecografías ginecológicas básicas, se dan casos de anovulación “subclínica”, donde los estudios hormonales no nos informan de este problema. La paciente, además, puede tener menstruaciones normales y no presentar ningún otro síntoma más que la ausencia de embarazo en el momento de buscarlo. Por ello, en estos casos, es crucial hacer un estudio minucioso de la historia clínica de la mujer, hacer las preguntas adecuadas e iniciar una etapa de registro y conocimiento de su ciclo menstrual.

¿Qué puedo hacer para detectar si mi ciclo es ovulatorio?

Aprender herramientas que nos permitan conocer el ciclo menstrual es un punto de partida básico para detectar esta condición. Personalmente, en consulta uso el método sintotérmico, mediante el cual, a través de un registro de la temperatura y moco cervical, podemos detectar de una forma muy sencilla si nuestros ciclos son o no ovulatorios. En caso de pacientes con amenorrea, será necesario aplicar protocolos analíticos y seguimientos ecográficos para la consecución de un diagnóstico más exacto. Las variaciones en el moco cervical y la sensación que produce en la vagina nos dan información muy valiosa e importante de lo que puede estar pasando en el interior del cuerpo de la mujer. De esta forma, será una guía en la realización de las pruebas diagnósticas y, por ende, en la eficacia del tratamiento posterior al diagnóstico. Asimismo, una vez pautado el tratamiento, la gráfica de registro de estas variables nos dará información sobre la eficacia del mismo en la restauración de la función ovárica y el control de la ovulación por parte del ginecólogo.

Fisiología de la ovulación, ¿qué ocurre en nuestras hormonas?

La ovulación es la respuesta a un proceso de coordinación hormonal en nuestro organismo en el que entran en juego:
  • El eje hipotalámico-hipofisario (ubicado en el sistema nervioso central)
  • Las señales de retroalimentación
  • La respuesta ovárica
Este sistema se encuentra orquestado de forma directa por las siguientes hormonas: GnRH, FSH, LH, Estrógenos, Progesterona, Prolactina, Andrógenos, Inhibina y Activina, además de otras que influyen indirectamente en nuestro ciclo: Perfil tiroideo (TSH, T3, T3L, T3R, T4, T4L, Cortisol, leptina, insulina…). Por último, no podemos dejar de nombrar otras sustancias que, aunque no son hormonas clásicas, repercuten directamente en el proceso ovulatorio: Prostaglandinas y otros elementos relacionados con nuestro sistema inmunitario. Como si no fuera suficiente con esta compleja labor de trabajo en equipo, el ovario ha de tener una buena reserva ovárica, es decir, el suficiente número de óvulos para poder ovular durante su etapa fértil. Durante los años fértiles de la mujer, se produce mensualmente un ovocito tras romperse el folículo ya maduro en el ovario. Este folículo maduro es el final del proceso de selección y maduración de los folículos antrales que contiene el ovario. En principio, si este ovocito es fecundado se producirá el embarazo, y de lo contrario, se produce la descamación del endometrio y menstruación. Cuando el ovario se queda sin folículos que den lugar a nuevas ovulaciones, la mujer entra en la etapa de esterilidad fisiológica normal: la menopausia, es por ello que la menstruación desaparece permanentemente.

Amenorrea y otras causas de anovulación crónica

Una vez comprendido el funcionamiento del ciclo, entenderemos mejor la clasificación de las distintas disfunciones fisiológicas que pueden dar origen a una situación de anovulación.

Trastornos del útero y canal genital

En primer lugar, debemos descartar circunstancias que ocasionan ausencia de menstruación pero que no son consecuencia de la anovulación. Algunas de ellas son:
  • Síndrome de Asherman: destrucción del endometrio con adherencia de las paredes uterinas que ocurre tras un legrado u otra intervención uterina severa. Esto provoca la falta de menstruación en la mujer, pero su ovulación se mantiene.
  • Malformaciones congénitas de órganos genitales como las anomalías müllerianas y agenesia mülleriana.
  • Insensibilidad a los andrógenos (feminización testicular).

Patologías ováricas

Siendo el ovario el lugar donde se encuentran los ovocitos, los trastornos en el ovario suelen venir acompañados de problemas en la ovulación. Encontramos patologías ováricas de causa genética como el Síndrome de Turner, mosaicismos en los cromosomas sexuales, síndrome de ovario resistente, etc. Sin embargo, no siempre es así, ya que pueden ser secundarias a tratamientos previos con radio o quimioterapia. Otra condición clínica relativamente frecuente es la amenorrea hipotalámica funcional, donde el cuerpo de la mujer se posiciona en modo “ahorro”, impidiendo costearse la ovulación. En el siguiente apartado, nos adentraremos más en en ello y en la insuficiencia ovárica prematura, que consiste en un agotamiento precoz de la reserva ovárica antes de los 40 años. A pesar de esto, las mujeres que presentan menopausia precoz pueden no ser definitivamente estériles. Hay casos documentados de recuperación de la actividad ovulatoria en pacientes con cariotipos normales e incluso pueden darse ovulaciones espontáneas ocasionalmente. Por ello, no podemos excluir definitivamente la posibilidad de embarazo.

Alteraciones endocrinas

Como hemos visto anteriormente, resulta fundamental contar con un buen funcionamiento hipofisario para que la ovulación tenga lugar. Las hormonas implicadas en el proceso ovulatorio, como la hormona de crecimiento, prolactina, ACTH, TSH, LH y FSH son producidas por la adenohipófisis. Podemos encontrar tumores en la hipófisis que son en su mayoría asintomáticos y benignos, también podemos encontrar quistes, granulomas tuberculosos y depósitos de grasa que pueden comprimir la hipófisis y afectar el funcionamiento. Por otro lado, es importante descartar hiperprolactinemia. La función principal de la prolactina es la de estimular la producción de leche materna tras el parto con la consecuente retirada de ovulación. A parte de la lactancia, encontramos prolactinas elevadas en las siguientes circunstancias:
  • Prolactinomas: tumor hipofisario más frecuente.
  • Determinados fármacos: neurolépticos, antidepresivos, opioides, etc.
  • Situaciones de estrés crónico

Trastornos del sistema nervioso central

La ausencia de ovulación y ciclo menstrual durante más de 3 meses consecutivos es conocida como amenorrea hipotalámica funcional (AHF). Funcional porque no se trata de una enfermedad en sí misma, sino una adaptación de nuestro organismo ante una determinada situación. Esta ausencia de ciclo menstrual se produce cuando el cuerpo no tiene suficiente combustible con el que llevar a cabo todas las funciones que se le encomiendan, poniéndose en modo “supervivencia”. Esto inhibe el eje gonadal hasta salir de esa situación de “lucha y huida”. En estas pacientes, se presenta a nivel fisiológico una disminución pulsátil de la GnRH, es decir, la hormona que regula la producción de hormonas hipofisiarias: FSH y LH. De esta manera, es común observar en este tipo de pacientes analíticas con niveles de FSH, LH, estrógenos y progesterona prácticamente inexistentes. Personas que se encuentran en situación de estrés crónico (por deficiencia energética, pérdida de peso severa o por conflictos emocionales no resueltos, por ejemplo) experimentan un incremento de la hormona liberadora de Corticotropina (CRH), que inhibe la secreción de gonadotropinas. Esto se debe, probablemente, porque aumentan la secreción de beta-endorfinas y dopamina, interrumpiendo la función reproductora por este mecanismo de acción. Que dicha adaptación sea una respuesta funcional del cuerpo no significa que no tenga consecuencias para la salud de la mujer. Más allá de la imposibilidad de embarazo, fruto de la anovulación, puede traducirse en problemas óseos por déficit estrogénico, aumento del riesgo de lesiones, disminución del apetito sexual, fatiga, cansancio, manos y pies fríos, etc. En estos casos, hemos de hacer especial hincapié en el gasto e ingesta energética, de forma que vayan de la mano. Necesitamos combustible suficiente para que el organismo disponga de la energía necesaria para poder invertirla en el funcionamiento gonadal.

Qué preguntarse en caso de amenorrea

Si es tu caso, y estás en amenorrea, puedes parar a reflexionar sobre alguna de estas cuestiones y no dudes en pedir ayuda, es lo más valiente que puedes hacer por ti :).
  • ¿Has incrementado drásticamente tu nivel de actividad física sin tener en cuenta tu nutrición?
  • ¿Has decidido recortar ciertos alimentos y prescindir de ellos?
  • ¿Tienes una circunstancia que no te deja dormir por las noches?
  • ¿Estás feliz con tu día a día?

Si tengo amenorrea hipotalámica funcional, ¿puedo buscar el embarazo?

Se trata de una pregunta muy repetida entre pacientes que presentan un cuadro de amenorrea hipotalámica funcional. Aunque nos cueste, en este punto, hemos de ser honestos con nosotros mismos y reconocer que quizá no es el mejor momento para someterse a ningún tipo de tratamiento. ¿Por qué? Porque tu organismo ha decidido protegerte de la ovulación, ya que considera que no es un buen momento para un potencial embarazo. Ha decidido que la energía que iba destinada a mantener el funcionamiento del ciclo menstrual vaya destinada a otras funciones vitales para sobrevivir. Por tanto, en este momento, no dispone de la energía necesaria para la gestación y desarrollo de un bebé. Entonces, ¿qué? Entonces debes preocuparte en primer lugar de ti, de la causa de la ausencia de menstruación (física, energética o psíquica), pidiendo ayuda si la necesitas.

En definitiva, tu cuerpo te habla y eres responsable de escuchar y atender lo que quiere comunicarte

Sí, el cuerpo nos habla constantemente, pero no habla nuestro idioma, tiene su propio lenguaje: los síntomas y signos. Gracias a los síntomas, que a menudo se presentan abstractos (dolor, cambios de ánimo, cansancio...) y a los signos (cambios en el ciclo, anovulación, amenorrea, acné...), podemos hacer las preguntas adecuadas y atender a lo que nos quiere decir. En la mayoría de ocasiones te pide un cambio en tu ritmo de vida, salir de una situación que no te está haciendo bien, una relación que te resulta tóxica, un trabajo que no te hace feliz… ¿Cómo miramos a estos síntomas y signos? Solemos centrarnos en resolvernos, pero deberíamos poner la mirada en lo que hay tras ellos. Tendremos que profundizar para ver por qué están ahí y qué han venido a decirte. Solo de esa forma podrás revertir el origen y dar con LA tecla. Por último, no olvidemos que esto es un proceso de dos. Tu pareja también debe valorar ciertos hábitos y trabajar en ellos cuando es necesario. Hoy me he centrado en la salud hormonal de la mujer, pero dedicaremos otra entrada a los problemas de fertilidad en el hombre. Si te ha gustado el artículo, no dudes en dejar tu comentario y compartir a quien le pueda ser útil. ¡Gracias por llegar hasta aquí! Con cariño, Rocío Périz Faus