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El ciclo natural del cabello consta de 3 fases: la fase anágena (crecimiento capilar), que dura años, catágena (no hay crecimiento) y la telógena (caída del cabello). No obstante, aunque el cabello tiene un ciclo natural de crecimiento y de destrucción (caída fisiológica del pelo), cuando hay un desequilibrio entre la cantidad de los cabellos que crecen y los que caen, hablamos de “caída del cabello”.

Existen distintos tipos de alopecia

¿Sabías que el origen de todas las alopecias o caída patológica del cabello no es igual? Así, cuando dos personas nos dicen que se le cae el cabello, puede deberse a causas diferentes. De hecho, se habla hasta de seis tipos de alopecias: la androgénica (de origen genético y más habitual), la areata (donde el cabello se cae a mechones y el estrés o componente emocional suele tener un rol importante), la fibrosante (frontal), difusa, cicatricial y universal (pérdida de todo el cabello).

Causas de la pérdida de cabello

Muchas veces, la pérdida de cabello está asociada a una malnutrición capilar, causada por déficit de los componentes necesarios para la formación del cabello, y a la desregulación de dos sistemas de respuesta endocrina. Este desequilibrio está originado por verse sometidos a estrés el sistema medular suprarrenal simpático (1) (secreción de catecolaminas como adrenalina y noradrenalina) y el eje hipotálamo-pituitario-suprarrenal o HPA. Cuando eso ocurre, la relación entre cerebro y sistema adrenal se altera, manteniéndose hiperactivo de manera crónica y dando lugar a niveles elevados de catecolaminas y cortisol, también llamada hidrocortisona u hormona de estrés. El cuerpo se pone en modo “alarma”, y es importante tenerlo en cuenta, ya que un exceso de cortisol (2), (3), (4) mantenido en el tiempo, y no como respuesta adaptativa, puede dar lugar a:
  • Aumento del nivel de azúcar en sangre (necesidad de picotear alimentos azucarados, grasos y altos en carbohidratos poco saludables, que a largo plazo podría derivar en una diabetes de tipo II).
  • Mayor retención de líquidos y grasas.
  • Trastornos de la tiroides.
  • Represión del sistema inmune.
  • Alteración de la tensión arterial (hipertensión, problemas cardíacos, etc.).
  • Problemas digestivos (hinchazón, irritación, úlceras, inflamación de la mucosa intestinal y heces alteradas).
  • Sueño perturbado: dificultad en la conciliación del sueño y en conseguir un sueño reparador, dando lugar a cansancio diurno, falta de memoria y alteraciones a nivel metabólico que se suman a los efectos directos del cortisol en el metabolismo comentados antes, como la producción nocturna de grelina y leptina, vinculadas a la capacidad del organismo de saciarse al comer.
  • Aumento de peso o dificultad para perderlo (alteración del metabolismo).
  • Síndrome de fatiga crónica y la fibromialgia (5).
  • Ansiedad y depresión.
  • Pérdida del cabello: el estrés continuado provoca que el pelo pase de manera prematura de la fase anágena (crecimiento capilar) a la fase telógena (destrucción y caída del cabello).

Nutrientes para tu cabello

Para que tu cabello crezca, y además lo haga fuerte y brillante, el pelo necesita de diversos componentes (6), (7): principalmente proteínas (queratina), pero también biotina, ácido fólico, vitaminas como la A, C, B6 y B12 y minerales como zinc, cobre, hierro, magnesio, azufre, silicio y yodo. Una alimentación pobre en nutrientes, mal planificada (7) y con horarios irregulares, puede dar lugar a cabellos quebradizos, débiles, con puntas abiertas, decolorado o con aparición prematura de canas y sin brillo. Esto ocurre como causa de afectar al metabolismo proteico y alterar la formación de colágeno (proteína que forma parte del tejido conectivo, huesos y ligamentos del organismo, así como de la estructura de uñas y pelo, y se encarga de que sea grueso, brillante y tenga firmeza y elasticidad). Como consecuencia, se ha visto que dietas hipocalóricas suelen dar lugar a problemas capilares.

Biotina

La vitamina B7, B8 o H (7) está implicada en la formación de la queratina (proteína estructural de cabello, piel y uñas) y en el metabolismo y acumulación de ácidos grasos. Una deficiencia de biotina puede dar lugar a dermatitis, eccemas y acné. Además, ayuda a un buen crecimiento, fortalecimiento y nutrición del cabello, evitando el pelo quebradizo, las puntas abiertas y su caída. Alimentos como la levadura de cerveza, nueces, cacahuetes, almendras, fresas, frambuesas, aguacates, tomates, plátanos, cereales, semillas, brócoli, acelgas y espinacas la contienen.

Vitamina A

Participa como cofactor en la síntesis de colágeno. Presente en zanahorias, brócoli, boniato, col, tomate y espinacas.

Vitamina C

Favorece la cicatrización de la piel y es fundamental en la formación de colágeno. Está en cítricos, tomate y pimientos.

Vitamina B6

También llamada piridoxina, es cofactor en la síntesis de colágeno, le aporta oxigenación y nutre los folículos pilosos. Interesante también en caso de seborrea. Está en legumbres, aguacates, plátanos, legumbres y maíz.

Vitamina B12

La falta de esta vitamina, denominada como cobalamina, provoca cabello seco, frágil y alteraciones en su color.

Ginkgo Biloba

Seguramente te sonará esta planta por su efecto en la mejora de la concentración, la memoria y la vitalidad, pero quizás lo que no sabías es que también es muy útil para nuestro cuero cabelludo, ya que favorece la circulación sanguínea y, por tanto, un mayor aporte de oxígeno en los folículos pilosos (mayor crecimiento capilar), nutriéndolos. Asimismo, aporta flavonoides y aminoácidos como la metionina, cistina y arginina, que ya hemos comentado que son importantes en el mantenimiento de un cabello fuerte, grueso, menos vulnerable a agresiones externas y brillante.

Ácido fólico

Se ve implicado en la regeneración celular y la estimulación de los folículos pilosos (mayor crecimiento capilar, pelo más fuerte y brillante). Nos lo aporta alimentos como las verduras de hoja verde (espinacas, berros, acelgas, rúcula, endivia), legumbres, aguacate, cítricos, frutos rojos, brócoli y cacahuetes.

Zinc

Interviene en la formación de la queratina (junto a las vitamina B3, B6, B12 y biotina) y en la formación de ácidos grasos que protegen el folículo piloso (aporta estructura y brillo al cabello). Además, en caso de alopecia androgenética, el zinc favorece la inhibición de la 5-alfa-reductasa que interviene en el proceso de la caída del cabello. Por lo que, incluso en la alopecia genética, un aporte de ciertos nutrientes, como la biotina y el zinc, podrían ayudar a retrasar el proceso de la caída capilar.

Hierro, cobre y magnesio

Participan en la formación de colágeno y de proteínas indispensables para el cabello. Con unos niveles correctos de magnesio y vitamina B6, a partir de metionina o cisteína, puede sintetizarse la taurina, un aminoácido no esencial acumulado en piel y cabello que tiene efecto protector y reduce el impacto del estrés oxidativo.

L-Arginina

La arginina es un aminoácido semi esencial (no lo es en la etapa adulta, pero sí en niños) con un importante papel en el metabolismo proteico (y ya hemos visto que para un cabello sano es fundamental la síntesis de proteínas como la queratina y el colágeno). Además, favorece un incremento del flujo sanguíneo que llega al cuero cabelludo (más oxigenación, más crecimiento capilar) y ejerce un efecto protector frente a daños externos (sol, contaminación). En definitiva, nos ayuda a tener un cabello más protegido, resistente y sano.

L-Cisteína HCL

Es un aminoácido azufrado no esencial, formado a partir de metionina, precursor de la taurina y de la cistina (interesante también para un cabello, piel y uñas sanos). Que sea no esencial no significa que no sea importante, de hecho, tiene funciones importantísimas en el organismo, lo que ocurre es que los aminoácidos no esenciales pueden sintetizarse internamente u obtenerlos a través de la alimentación o suplementación (a diferencia de los esenciales que no podemos sintetizarlos). Aún así, debido a diversos factores, a veces el organismo no tienen la cantidad suficiente de L-metionina para poder generar cisteína, por lo que la suplementación puede ayudarte a suplir esa deficiencia.

L-Lisina

Aminoácido esencial que debe ser obtenido a través de la alimentación y/o suplementos. Da estructura y brillo a la piel y al cabello (forma parte de la elastina y el colágeno) y fortalece los folículos pilosos, dando lugar a un pelo brillante, nutrido, fuerte (frena la caída capilar) y no quebradizo. Además, colabora en la absorción de zinc y hierro que, como hemos visto, son fundamentales para un pelo sano.

Soluciones para un cabello fuerte y sano

  1. Alimentación equilibrada, planificada y saludable
  2. Gestión del estrés y la ansiedad, ya que, como hemos visto al inicio, influye en gran manera en distintos procesos metabólicos y celulares por la liberación excesiva de cortisol y catecolaminas. Puedes comenzar a incluir más paseos en la naturaleza o la playa, actividades que disfrutes (danza, natación, dibujo, canto, yoga) e instaurar la meditación y las respiraciones conscientes en tu día a día.
  3. Masajes capilares para estimular la circulación sanguínea. Puedes añadir a tu champú habitual aceites esenciales como el Romero (Rosmarinus officinalis) si no eres hipertenso/a, el cedro del atlas (Cedrus Atlanticus), el ciprés (Cupressus sempervirens) y la menta (Mentha piperita).
  4. Suplementación como Hair Support de Be Levels. Contiene la combinación perfecta de nutrientes como Biotina, Gingko Biloba o L-Arginina para prevenir la caída y recuperar el cabello dañado, dotando de fuerza y de volumen al cuero cabelludo. Además, contribuye a la estética integral del cabello, mejorando su composición, promoviendo la revitalización celular y evitando la aparición de la caspa y las canas.

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Deseo que esta información y consejos te ayuden a tener una melena de película ? Marta Mañero

Bibliografía

(1)(2) Dra. Maritza Fuentes, 2021. “¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando tienes exceso de cortisol?https://www.aarp.org/espanol/salud/vida-saludable/info-2019/exceso-de-cortisol-en-el-cuerpo.html (3) El estrés crónico pone en riesgo tu salud. https://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/stress-management/in-depth/stress/art-20046037 (4) Cay M et al. Efecto del aumento del nivel de cortisol debido al estrés en individuos jóvenes sanos (…). North Clin Estambul. 2018 29 de mayo;5(4):295-301. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6371989/ (5) De Souza Ramiro, F. et al. 2014. Investigación del estrés, la ansiedad y la depresión en mujeres con fibromialgia: un estudio comparativo https://www.scielo.br/j/rbr/a/4YHGswb5CHDS48NfZd5FrZP/ (6) Martín-Aragón, M.Teresa. Nutrición y salud de la piel y el cabello. Consejo farmacéutico. Elsevier. 2009; Vol 23(1):58-63 https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-nutricion-salud-piel-el-cabello--13132077 (7) García Navarro, X. et al. Elsevier. 2006; Vol. 20(2):71-73. https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-vitaminas-minerales-salud-capilar-13084623