Para saber que una proteína es de buena calidad, debemos fijarnos en que esté compuesta de un buen aminograma. Un buen aminograma tiene una cantidad importante de aminoácidos, esto hace ser a la proteína de mayor valor biológico. Una parte de los aminoácidos deben ser esenciales siendo el valor más alto el de la leucina (Aminoácido ramificado).
Una digestión rápida de esta proteína indica que es de buena calidad. Cuando se tienen malas digestiones es a causa de productos cuya materia prima no es de calidad y traen más contenido graso y de carbohidratos.
Las ventajas de nuestra proteína vegana son varias, entre ellas es que se utiliza la proteína de guisante, que al ser la legumbre con el aminograma más parecido a la proteína láctea, con alto contenido en leucina y una cantidad suficiente de aminoácidos esenciales y no esenciales, hace ser de un alto valor biológico.
Otra ventaja de la proteína de guisante es que no contenga alérgenos, como puede ocurrir con los lácteos, frutos secos, o la soja, y por eso puede incorporarse fácilmente a muchas dietas especializadas. Además, tenemos la ventaja de que su procesado permite un buen aislado que reduce el contenido en carbohidratos, grasas y sodio, esto último se diferencia de la materia de proteínas veganas al contener mucha cantidad indeseada de este mineral.